Justin y Jesse, dos militares convertidos en amigos, se exhiben para nosotros en su dormitorio del regimiento. Se desnudan, se descalzan y se ponen cachondos antes de un polvo varonil. El ejército no es fácil todos los días, el entrenamiento es duro y estos chicos han aprendido a ser duros como clavos. Un momento de relax entre tíos masturbándose y bombeándose la polla mutuamente les viene muy bien. Entonces Jesse siente la necesidad de que le follen el culo. Su compañero se la mete hasta el fondo y Jesse la toma perfectamente: no tiene miedo al dolor, lo aguanta, le gusta, lo soporta. Es una delicia.